viernes, 30 de marzo de 2018

CRÓNICA EN MIRA BAHIA


Afligidos

Un continuo revolotear de niños es el mejor exponente de que la hermandad de Afligidos continúa creciendo de forma exponencial. En el interior del San Lorenzo, muchos capirotes reflejan que la cofradía es ajena a esa crisis que afecta a otras tantas hermandades.
Delante del paso, los que ya llevan muchos años en este mundo muestran a los más pequeños la joya que, minutos después, surcará las calles de Cádiz camino de la Catedral. Y es que hay pocos pasos en Cádiz que concentren más la atención que el de esta añeja corporación.
El hermano mayor, Ramón Velázquez, se afana en que no falte un solo detalle para ese momento sagrado. Su cara de tranquilidad es fiel reflejo de la enorme experiencia que atesora tanto como responsable de un martillo como representando a una cofradía. Mientras, el director espiritual, Jesús García Cornejo, recuerda que “lo mejor sucede siempre con el corazón”.
A las seis de la tarde se abren las puertas de la céntrica iglesia y las primeras secciones avanzan hacia la puerta. El cortejo, una verdadera maravilla con esos detalles tan cuidados y que hacen a esta hermandad tan distinta a las demás. Entre los afortunados que contemplan la escena, el hermano mayor de La Palma, Francisco Javier Lucero.
La maniobra de salida se solventa con la pericia habitual de la cuadrilla comandada por José Julio Reyeros. Juan Lamet tuvo el enorme privilegio de ordenar la primera levantá. Poco después, suenan los acordes de ‘La Amargura’, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de Cádiz, que ofreció un auténtico recital. Llegaba el momento de recrearse con esta estampa llena de simbolismo. Además este año, sin las prisas de otras ocasiones, ya que cortejo debía regresar una vez que Descendimiento iniciase su salida, circunstancia que se produjo pasada la medianoche.

Fuente: Mira Bahía

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