Quisiera escribiros unas sencillas líneas a cada uno de los hermanos y hermanas de esta querida Hermandad.
Ante todo, quisiera compartiros mi alegría y satisfacción por poder serviros como Director Espiritual. Doy gracias a Dios y a su Iglesia por darme la oportunidad de hacer camino con vosotros, un camino lleno de ilusión y deseo por seguir creciendo como cristianos y llevar a Cristo y su Mensaje a nuestro barrio y a Cádiz entero. Daros también las gracias por todo vuestro buen hacer, por vuestra vida y testimonio de hermandad. Es todo un orgullo que la Venerable, Real y Devota Cofradía de penitencia de Ntro. Padre Jesús de los Afligidos y María Stma. de los Desconsuelos pertenezca a nuestra Parroquia de San Lorenzo.
Como respuesta a ese buen hacer, quiero también que cada hermano y hermana sienta mi cercanía y mi intención de estar disponible en lo que necesiten; quiero ser un instrumento de Dios para ayudaros en vuestro camino de santidad. Intentaré estar presente en la vida activa de la Hermandad y ayudar a la Junta de gobierno en la tarea evangelizadora que les ha sido encomendada.
Y sobre esta tarea evangelizadora que tenemos como hermandad me gustaría incidir.
Como bien sabemos, la Iglesia existe para Evangelizar, esto es: para vivir en comunión con Dios, vivir en fraternidad entre nosotros como verdaderos hermanos y luego vivirlo en la sociedad en general, cada uno en su ámbito vital. Esta es nuestra meta a conseguir, este es nuestro camino a recorrer y por el que voy a rezar y trabajar para poder alcanzarla juntos.
En primer lugar, cada hermano y cada hermana está llamado a vivir la fe a nivel personal. Invito a todos y cada uno a cuidar su vida interior, a eliminar todo aquello que lo aleja de Dios y de los hermanos, a preocuparse cada día por descubrir la voluntad de Dios para sus vidas, y descubriéndola a vivirla con decisión y valentía con sus familias, amigos, compañeros de estudios o de trabajo, con vecinos, hermanos de la Hermandad y con los que piensan y sienten diferente a nosotros…
Ese vivir en primera persona la Amistad con Dios nos lleva, casi sin darnos cuenta, a compartirla y a vivirla con los demás. Y aquí viene la segunda realidad a cuidar: La vida comunitaria y eclesial. Jesús siempre anduvo acompañado, Él quiso compartir su misión con hombres y mujeres que le ayudaron estrechamente. Él sigue necesitando de nosotros para llevar adelante su misión evangelizadora. Y para ayudarle en su misión evangelizadora, necesitamos ir de la mano, necesitamos caminar juntos, necesitamos convivir unos con otros. Jesús nos lo dijo muy claramente: “Os aseguro, que donde dos o tres están reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos” Mt 18, 20. Y esto es la Iglesia y para ello pertenecemos a nuestra Hermandad: para hacer presente a Jesús en medio de nosotros.
Pero nadie puede dar lo que no tiene, por lo que es necesario y vital el vivir primeramente nuestra fe en comunidad, en hermandad. Por ello animo a cada hermano y hermana a participar activamente en la Parroquia y concretamente en la vida de la Cofradía. Participar en las celebraciones dominicales, en los cultos mensuales, en la formación, en las convivencias, en las salidas procesionales…en definitiva, en lo que la Parroquia y Hermandad va viviendo cada día, cada semana, cada mes. Solo así podremos llamarnos con veracidad Hermandad, pues estaremos viviendo lo que Jesús nos propone, una verdadera fraternidad.
Como podéis ver, tenemos un bonito camino por recorrer. Dios y su Iglesia nos necesitan, remanguémonos y vivamos con decisión y alegría nuestra vocación a la santidad. Como nos dice San Pablo, estando Dios de nuestra parte, ¿qué miedo podemos tener? Vayamos con decisión e ilusión hacia adelante.
Un abrazo fuerte a cada hermano y hermana y recemos unos por otros para hacer la voluntad de nuestro Dios.
P. Iván Llovet Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.