Siempre, en el lenguaje cotidiano, se ha utilizado comparar la vida con la
imagen de un camino. La idea nos viene, aunque no lo sepamos, de nuestra cultura
judeo-cristiana, que tiene una visión lineal del acontecer de cada día.. Otras
culturas ven la vida de forma cíclica pero nosotros habitualmente la concebimos
como un camino que poco a poco vamos trazando.
De aquí la fuerza que tiene en muchas personas hacer "el camino de
Santiago" u otras peregrinaciones como una alegoría de la propia existencia.
Somos caminantes, somos peregrinos.
Y esto me ayuda a ofrecerte, querido hermano y cofrade de
Afligidos, esta reflexión de los últimos dias de cuaresma y Semana Santa. Porque
nuestros titulares, van en esa posición, de ir andando, caminando, acompasando
el paso el uno del otro, alcanzándose, hablándose y echando tierna y suavemente
la mano de Cristo sobre su Madre.
Cristo carga con su Cruz, que es la que hemos puesto sobre sus
hombros, con nuestros pecados y desatinos, y el decididamente la lleva hasta el
Calvario, lugar de martirio y redención. Y como una sola familia, su Madre, Juan
el discípulo querido, las santas mujeres y el bueno de Simón de Cirene, han
emprendido la marcha para no dejar solo a Cristo. Reconozco que cada vez más me
duele la soledad en que dejamos a Cristo en el camino de nuestras vidas. Y aquí
es donde quisiera preguntarte lo que yo mismo me pregunto a veces... Estamos o
no dispuestos a seguir a Cristo hasta el final? El mismo Jesús decía " No es
digno de mi quien no toma su cruz y me sigue" Mt.16,24. Y esto se vuelve cada
día un reto mas difícil en una sociedad que renuncia a ser cristiana de corazón.
Por ello, como otros años te invito a ponerte en silencio delante del admirable
Misterio de nuestra cofradía y verte metido en el. y descubrir si tu paso
alcanza al Señor, si tu mano sostiene su cruz, si tu mirada es capaz de sostener
la suya... Y si descubres, con dolor, que te separástes de Cristo, que no vives
como discípulo suyo, que no te importan los miles de "afligidos" que caminan a
tu alrededor, pídele al Señor que te espere un poquito, que se vuelva a parar en
tu vida y que su suave mano la sientas en tu hombro. Porque quien ama siempre
corre tras su amado y termina alcanzándolo.
Rvdo. P.Jesús Garcia Cornejo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.