Afligidos
Un continuo revolotear de niños es el mejor exponente de que la
hermandad de Afligidos continúa creciendo de forma exponencial. En el interior
del San Lorenzo, muchos capirotes reflejan que la cofradía es ajena a esa crisis
que afecta a otras tantas hermandades.
Delante del paso, los que ya llevan muchos años en este mundo
muestran a los más pequeños la joya que, minutos después, surcará las calles de
Cádiz camino de la Catedral. Y es que hay pocos pasos en Cádiz que concentren
más la atención que el de esta añeja corporación.
El hermano mayor, Ramón Velázquez, se afana en que no falte un
solo detalle para ese momento sagrado. Su cara de tranquilidad es fiel reflejo
de la enorme experiencia que atesora tanto como responsable de un martillo como
representando a una cofradía. Mientras, el director espiritual, Jesús García
Cornejo, recuerda que “lo mejor sucede siempre con el corazón”.
A las seis de la tarde se abren las puertas de la céntrica iglesia
y las primeras secciones avanzan hacia la puerta. El cortejo, una verdadera
maravilla con esos detalles tan cuidados y que hacen a esta hermandad tan
distinta a las demás. Entre los afortunados que contemplan la escena, el hermano
mayor de La Palma, Francisco Javier Lucero.
La maniobra de salida se solventa con la pericia habitual de la
cuadrilla comandada por José Julio Reyeros. Juan Lamet tuvo el enorme privilegio
de ordenar la primera levantá. Poco después, suenan los acordes de ‘La
Amargura’, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores de Cádiz, que
ofreció un auténtico recital. Llegaba el momento de recrearse con esta estampa
llena de simbolismo. Además este año, sin las prisas de otras ocasiones, ya que
cortejo debía regresar una vez que Descendimiento iniciase su salida,
circunstancia que se produjo pasada la medianoche.
Fuente: Mira Bahía
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