Rodeada de todos sus seres queridos, Doña Charo ha recibido el último adiós de todos sus familiares y amigos partiendo para la casa del Padre. Charo como nos gustaba llamarla, con su matriarcado dedicó toda su vida a su familia y a todos los que a su hogar visitábamos sin excepciones, acogiéndonos como a sus propios hijos, enseñando los valores del evangelio con un amor infinito.
Nuestro homenaje y oraciones para ella y para nuestra Chari Valero, así como las más sentidas condolencias para su querida y numerosa familia Valero Bruzón grandes de corazón.
Que la Misericordia de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y que las Penas y Desconsuelos de Nuestra Señora le otorguen La Palma de la Gloria en el Cielo.
Descansa en paz, querida Charo.
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