Museos cofrades
Fuente: Pablo Durio; Diario de Cádiz
Las exposiciones estos días de Afligidos y Siete palabras demuestran que hay potencial con creces para un museo
La Semana Santa no aparece en las atribuciones del área de cultura
Un visitante observa algunos de los bordados de la exposición de Afligidos en Cajasol
FITO CARRERO
Empecemos por el anuncio. Si no ha tenido oportunidad de ir a las exposiciones de Afligidosen la Casa Pemán y de Siete Palabras en su casa de hermandad de la calle Cobos, es absolutamente recomendable. Una vez visitadas las dos muestras, la conclusión que queda es que si una gran hermandad con tres siglos de historia puede presumir de bordados, tallas y platería al mismo tiempo que otra pequeña cofradía puede mostrar el interesante recorrido histórico, con dosis de esplendor, en sus primeros 75 años de vida, las cofradías de Cádiz tienen ante sí todo un potencial expositivo que bien merecería ese museo que prometió sin éxito el Ayuntamiento del PP y al que mira para otro sin descartarlo el de Podemos.
La muestra de Afligidos es todo un canto al arte que rodea a la Semana Santa. Una parte de los mejores bordados de la ciudad, diseños y ejecuciones de plata que hoy ya no se fabrican, un paso ideado por uno de los nombres propios de la imaginería (Castillo Lastrucci)... Piezas que el Jueves Santo, en muchos casos, pasan desapercibidas y que se pueden contemplar con todo lujo de detalles en la cuidada muestra que ha preparado el equipo liderado por Ramón Velázquez (con Lorenzo Alonso de la Sierra o Jesús Guerrero como asesores, que ahí es nada).
Pero es que la exposición documental de Siete Palabras sirve a la perfección al objetivo de la hermandad: dar a conocer su origen, la importancia que tiene y los hechos que han marcado su más que curiosa historia hasta llegar a la cofradía que conocemos.
De una de las cofradías más antiguas y con mejor y más amplio patrimonio de la ciudad, a una de las más modernas que no destaca precisamente por su patrimonio. En ambos casos, las cofradías han sabido presentar exposiciones de interés que sirven, en definitiva, para seguir poniendo en valor el mundo de las cofradías de la ciudad (tantas veces desconocido y otras tantas mal interpretado); además en verano, con lo que eso supone en relación a los visitantes que recibe la ciudad.
¿Cuántas exposiciones temporales de hermandades gaditanas no caben en ese museo cofrade entre la muestra de Afligidos y la de Siete Palabras? Estos dos ejemplos hablan por sí solo estos días de verano del potencial que hay, a nivel museístico y expositivo, en las casas de hermandad.
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